La virtualización informática es una tecnología que permite consolidar las cargas de trabajo en las bases de datos, de tal manera que se reduce drásticamente la cantidad de servidores físicos que se requieren en las organizaciones para ejecutar las aplicaciones corporativas.
En entrevista, Andrés Martínez, director general de Virtesa México, aseguró que con la tecnología se logra que las aplicaciones corporativas no dependan del hardware. Y si éste se vuelve obsoleto es muy fácil reemplazarlo, sin que tenga un impacto en la infraestructura de las compañías.
“Parte de nuestro portafolio está orientado a la mejora de la disponibilidad de las infraestructuras virtuales. Consideramos que al día de hoy hay muchas industrias reguladas y mucha necesidad de negocio en donde las organizaciones requieren soluciones tecnológicas”, explicó.
De acuerdo con Martínez, lo primero que las empresas y PyMES deben entender es cuál es el costo asociado al negocio, directo o indirecto. En una segunda fase, deben revisar tecnológicamente con qué elementos de infraestructura cuentan y con base en ello se idear una estructura de solución.
El paso final es la implementación de los planes en donde se miden los indicadores RTO y RPO. El primero es el momento en que se declara una falla, cuánto es el tiempo que se demora y qué servicios no están disponibles para los usuarios. El segundo ilustra la cantidad de la información que la organización está dispuesta a perder. Hay que hacer un esquema de simulacros para garantizar que la estructura funcione de la manera esperada.
“Aunque la tecnología está disponible y no tiene geografía, obviamente hay aspectos culturales para entender cómo la tecnología apoya a los negocios. Sí veo que la brecha digital se viene cerrando y en el ejercicio profesional cada vez más veo a dueños de organizaciones que le apuestan a las TI no sólo como mecanismos para soportar su operación sino como mecanismos de desarrollo”, comentó.
México tiene un gran reto, es una potencia industrial, líder en la región, pero las empresas deben perder el miedo a los costos. En opinión de Andrés Martínez, en la medida en que se abran los mercados el costo seguirá bajando.
El segundo desafió es ser más agresivos en la opción de nuevas tecnologías. “Nuestra misión es ayudar a las empresas a acelerar estos procesos, y que éstas identifiquen casos de éxito a nivel global para luego ver cómo los adaptamos a nivel local”, concluyó.